viernes, 1 de febrero de 2008

Rilke: Buda en la gloria


Aquí tenéis dos imágenes del Buda, como contrapunto a la tensión y el esfuerzo que transmite el pensador de Rodin (véase la entrada anterior). Y, de propina, añado un poema de Rilke, titulado Buda en la gloria, que, como suele ocurrir, pierde mucho cuando se traduce, sobre todo si uno es un aficionado.

Por cierto, no me consta que Rilke fuera budista o que tuviera algo más que un interés pasajero en el Dharma. Parece más bien como si su poema se hubiera inspirado simplemente en la visión de imágenes como las que acompañan a estas líneas.

Centro de todos los centros, núcleo de núcleos,
almendra que sobre sí misma se vierte y endulza,
todo esto, hasta las estrellas mismas,
es carne de tu fruto: ¡Salve!

Mira, ya sientes cómo nada se aferra a ti;
tu cáscara es el infinito,
donde el denso jugo brota y fluye.
Y desde fuera la irradiación le ayuda,

pues arriba, a gran distancia, tus soles
pasan girando, plenos e incandescentes.
Pero en ti ya se ha iniciado
lo que a todos los soles sobrevive.

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