lunes, 14 de abril de 2014

Sabiduría antigua del Denkoroku

Traduzco del Denkoroku, un texto clásico del Zen:

¿Cuál es el propósito original de hacer que la gente deje sus apegos mundanos y esté libre de pasión? No es otra cosa que permitir que alcancen el conocimiento y la visión penetrante de la Budeidad. La razón de tomarse la molestia de fundar comunidades Zen y reunir a monjes y laicos solo es la de revelar este asunto. Es por eso por lo que la sala de meditación se llama el lugar para elegir Budas. Al líder se le llama guía: no es cuestión de juntar gente arbitrariamente y montar un follón; solo tiene el objetivo de hacer que la gente se entienda a sí misma. Por tanto, incluso si eres oficialmente un monje y un miembro del monasterio, si no entiendes este asunto no haces más que afanarte sin conseguir nada.

Sobre todo en esta época degenerada, en esta sociedad enferma, incluso si los nuevos estudiantes intentan entrenar sus cuerpos y mentes según las directrices de los iluminados de antaño, no pueden tener éxito en el estudio del Zen si son retorcidos y taimados de temperamento. Los monjes de tiempos recientes no están asentados en sus acciones, y no intentan aprender todos los refinanientos de conducta mayores y menores así como las técnicas mentales internas y externas. Por ese motivo, es como si no existiese el monacato.

Sin embargo, incluso si vuestra conducta y entrenamiento mental son como los de antaño, si no aclaráis la base de la mente, este entrenamiento solo dará como resultado estados humanos elevados y tendrá que ver con el apego. Es más, si no aclaráis la base de la mente y además vuestra conducta es desordenada, estáis recibiendo en vano las ofrendas de los fieles. Las gentes de este tipo marchan en dirección al infierno.

A pesar de todo, una eminencia de antaño dijo: "La sociedad ha decaído y la gente es vaga, pero aunque vuestra conducta y disciplina mental no sean como las de los sabios antiguos, si aclaráis con cuidado y a fondo el único gran asunto, quizá no seáis diferentes de los Budas en esto. Los maestros Zen y los sabios del pasado serán vuestros hermanos. En lo fundamental, no hay mundo que dejar atrás --¿acaso hay reinos del ser por los que transmigrar?" Así pues, meditad con cuidado, estudiad meticulosamente, y aclarad el asunto que hay bajo la túnica de petachos.

En este gran asunto, no hay separación entre las edades de la verdad, la imitación, y el abandono; y los diversos países no son diferentes entre sí. Así que no os lamentéis de que [la vuestra] sea una sociedad enferma donde el budismo ha degenerado. No os lamentéis de ser gente de un país remoto. Por lo que concierne a este asunto, incluso si mil Budas acudieran todos a la vez y os lo intentaran entregar, hasta el poder de los Budas sería insuficiente.

Por tanto, este no es un camino que se les pueda transmitir a los propios hijos, ni un camino que se pueda recibir de los padres. Uno solo puede practicarlo uno mismo, realizarlo uno mismo, y alcanzarlo uno mismo en su propio ser. Aun cuando haya incontables eones de práctica, la auto-realización ocurre en un instante. Una vez estás inspirado, no se pueden encontrar ni el cielo ni la tierra. Una vez llegas a este sitio, la eternidad se ilumina --¿cómo podría haber algo que dieran los Budas?

Así pues, si quieres llegar plenamente a este sitio, primero tienes que renunciar a todo. No busques siquiera el reino de la Budeidad o la maestría Zen; ¡y mucho menos deberías sentir amor por ti mismo o rechazo de los demás! Sin dar pie a ninguna intelectualización, nada más ve directamente --hay decididamente algo que no tiene piel ni carne; su cuerpo es como el espacio, sin color ni forma particular. Es como el agua pura, diáfanamente clara en su totalidad. Vacía y clara, solo se trata de ser completamente consciente de ello.

¿Cómo podemos revelar este principio?

El agua es clara hasta sus más hondas profundidades;
brilla sin necesidad de lustre.