jueves, 26 de febrero de 2015

La resolución y la perseverancia

El otro día vi un documental sobre osos polares. En él, la mamá osa intentaba cazar focas rompiendo el hielo bajo el que dormían, mientras su cría esperaba a su lado. Naturalmente, si no tenía suerte, los golpes de la osa para romper el hielo que les separaba despertaban y ahuyentaban a sus presas, con lo cual su tasa de éxito era de un exiguo 2%.

¿Qué hacía la osa? ¿Se lamentaba? ¿Se enfadaba? ¿Se rendía? No. Simplemente seguía adelante con su cachorro, en busca de esa foca que más o menos le correspondía CADA CINCUENTA INTENTOS.

(Y yo me pregunto: ¿cuántas veces he encadenado 49 fracasos consecutivos sin darme por vencido antes de conseguir lo que buscaba?).

Aquí hay un par de ejercicios diseñados por Shanjian para el mantra de la gran compasión. Nominalmente son para la resolución y la perseverancia, pero contienen semillas del verdadero Dharma que se pueden aplicar a cualquier cosa en la vida.

¡Buen provecho!



Ejercicio para la Resolución



El verdadero CELO se libera cuando se dejan de lado las IDENTIDADES y sus DEMANDAS. Ahí es donde debes empezar. No adoptes RESOLUCIONES y luego intentes usar ENERGÍA para forzar las cosas hasta terminarlas. Cada vez que quieres actuar para hacer algo que parece correcto y natural pero no pareces contar con la suficiente RESOLUCIÓN, recurre al concepto de que no quieres que NADIE en el mundo SUFRA, ni lo más mínimo. Después, empieza a hacer lo que quieres hacer.


Cada vez que la RESOLUCIÓN flojee, vuelve a traer el mismo pensamiento a la CONCIENCIA. Funciona, porque ninguna ACTITUD o INTENCIÓN de COMPASIÓN VERDADERA puede coexistir en la CONCIENCIA con la IDENTIDAD del EGO. Al desplazar la IDENTIDAD con tu intención de COMPASIÓN UNIVERSAL, te deshaces de la misma IDENTIDAD que se está oponiendo a tu RESOLUCIÓN.


No introduzcas conceptos verbales inútiles sobre gente que se muere de hambre en la India o víctimas de la guerra; eso no funciona en absoluto. Envía AFECTO BENEVOLENTE a todos los seres sintientes. Introduce INTENCIONES DE COMPASIÓN hacia toda la humanidad, todas las criaturas, todas las plantas, incluso hacia ti mismo, a quien tratas tan mal. Acepta esta COMPASIÓN con ALEGRÍA, pues es algo positivo, no algo triste. La COMPASIÓN que está cansada y agotada o la COMPASIÓN cargada de pesar no son COMPASIÓN en absoluto.


Así, todas tus ACTITUDES CORRECTAS e INTENCIONES CORRECTAS futuras tendrán la HUMILDAD unida a ellas como ESTADO MENTAL. La HUMILDAD se convierte entonces en un FACTOR DE REFUERZO, no en un [falso] ESTÍMULO para realizar ACCIONES HUMILDES.





Ejercicio para la Perseverancia



Cuandoquiera que te enfrentes a una ACCIÓN que realizar que requiere PERSEVERANCIA, imagínate que estás unido con el ESTÍMULO para la ACCIÓN y con la ACCIÓN misma.


Supón, por ejemplo, que la tarea que exige PERSEVERANCIA es la limpieza y abrillantado de una cazuela de latón. El ESTÍMULO es la oxidación que le quita al metal su atractivo brillo y destruye su lustre y encanto. La ACCIÓN es restaurar ese brillo.


No debes considerarte el AGENTE de ese cambio. En vez de eso, debes pensar que eres parte del proceso de cambio mismo. Debes tomarte no como una PERSONA que LIMPIA, sino como el CATALIZADOR que realiza el cambio, en este caso, LIMPIAR. Si TE CONVIERTES EN LIMPIAR, entonces eres parte auténtica del PROCESO y no tienes una IDENTIDAD aparte.


Bien, esto no es tan fácil hacer como parece, porque nos hemos acostumbrado a pensar que somos HACEDORES, pero en realidad este concepto de UNIDAD está mucho más cerca de la verdad que la manera que tenemos de hacer las cosas, que crea una IDENTIDAD aparte de todo lo demás.


Esto se parece a la disciplina que debes aprender en el TIRO CON ARCO, cuando se practica de forma no competitiva. Quienquiera que se convierta en ARQUERO, usando arco y flechas para dar en el blanco, está condenado a ser mediocre en su ejecución. Solo cuando el aparente ARQUERO se funde en unidad con el ARCO Y FLECHA, el proceso de DISPARAR, y la DIANA puede haber progreso de verdad para crear una síntesis que permita un fluir natural desde el principio hasta el fin. Date cuenta también de que el proceso sintetizado empieza antes incluso de agarrar el arco con las manos, y solo acaba una vez se ha soltado el arco otra vez. Esto recalca la síntesis total de los pasos, en la que no hay un ARQUERO ni una DIANA que estén aparte por sí mismos. La PERSEVERANCIA es exactamente igual.


Con la verdadera PERSEVERANCIA, no hay IDENTIDAD. El proceso de perder la INVERSIÓN DE IDENTIDAD se inició cuando practicaste la RESOLUCIÓN. El ajuste fino se ejecuta con la PERSEVERANCIA. Recuerda que es el CELO el que convierte la INTENCIÓN en ACCIÓN. Está claro que el CELO no es una persona; es un proceso. Intenta verte a ti mismo como si fueses un proceso, no una persona que despierta la PERSEVERANCIA. Este concepto no rebaja al ser humano; al contrario, le aporta gran mérito, porque alcanza la distinción de ser parte de todas las cosas y estar donde pertenece y realmente le corresponde, una vez se aparta la tonta noción de una IDENTIDAD separada real.

jueves, 19 de febrero de 2015

La sombra de un sueño



Estos días me ronda la cabeza una frase que dejó caer una amiga mientras comentaba las turbulencias de su vida sentimental. Estaba de acuerdo en que sufría pero, según dijo, “eso nos hace humanos, ¿no?”. Se refería no solo al sufrimiento en sí sino al ciclo completo de emociones que experimentamos con todos sus altibajos mientras buscamos la felicidad: el samsara en toda su gloria.

Yo creía que eran los millones de años de evolución de la especie en el planeta Tierra los que nos han hecho humanos, gracias a atributos como el bipedalismo, el pulgar oponible o el neocórtex cerebral. En sentido literal, ya somos humanos; no tenemos que hacer nada para ello; de hecho, no podemos evitarlo. Y ahora resulta que le vamos a enmendar la plana a la evolución natural con nuestras geniales aportaciones personales…

Entonces, yo no puedo evitar preguntarme: ¿no será exactamente al revés, que nuestros trajines nos llenan la vida de ruido y furia sin sentido y nos hacen infrahumanos, protagonistas de un drama folletinesco y barato?

Algo parecido ocurría cuando proyectaban películas en el colegio: no importa lo interesante que fuese lo que estábamos viendo, siempre había algún gracioso que lo interrumpía metiendo sus zarpas delante del proyector para crear sombras con formas de animales en la pantalla. “¡Eh, mirad qué gracia tengo!” era su silencioso grito de guerra.

¿Somos tan distintos? Quizá estemos yendo más allá incluso, pues lo que interrumpimos no es una película, sino la luz misma que crea la proyección. 

Porque, si confiamos en lo que dicen los maestros, nosotros somos esa luz.

domingo, 1 de febrero de 2015

R.I.P.


"Os dije que estaba enferma".

A veces, medio en broma medio en serio, me imagino la esquela que me podrían escribir cuando muera. Es un buen ejercicio para recuperar una perspectiva más integrada cuando siento que me estoy despistando. La idea, claro, es evitar hacer muchas más tonterías de las necesarias.

Por ahora manejo esta como acicate para no caer en la complacencia:

Pasó por esta tierra
llevando dentro la gran respuesta,
su preciosa naturaleza pura...
... y ni se enteró.

No sé si me ha zafado aún de ese veredicto, porque una cosa es saber que existe una naturaleza pura dentro de cada uno y otra distinta es tocarla de verdad y despertarla hasta que sea una presencia real diaria.

Dahui, el antiguo maestro Chan, dejó esto escrito: 

Cuando los hombres de poder quieren investigar Este Gran Asunto hasta el final, todos derriban sus fachadas y con espíritu intrépido yerguen sus columnas vertebrales. No les sigas la corriente a los sentimientos de los demás. Toma tu punto de duda constante y clávatelo en la frente. Estate siempre como si le debieras millones a alguien, sin nada con lo que devolver la deuda cuando te pidan que la pagues, temeroso de verte humillado por los demás. Solo de esta manera tendrás algo de orientación en la tarea de encontrar urgencia donde no hay urgencia, ponerte manos a la obra cuando no hay presión y hallar importancia donde no hay importancia. Trabaja con diligencia día y noche: cuando comes y bebes, cuando estás alegre o enfadado, en lugares limpios o sucios, en reuniones familiares, cuando haces de anfitrión, cuando te ocupas de los negocios oficiales en tu puesto, cuando concluyes un matrimonio –todos ellos son momentos de primera clase para hacer esfuerzos para animarte y ponerte alerta y despertar.

También eso es un toque de atención para no extraviarse. La tensión es necesaria, como en un instrumento musical en el que las cuerdas tienen que estar en su punto: demasiado flojas y el sonido es desmayado; demasiado tensas y el sonido es chillón o directamente se rompen. Lo que pasa es que el humor le añade equilibrio a la actitud interna y previene que generemos tensión mental. Así, evitamos que la práctica caiga una vez más bajo el dominio de las identidades.