sábado, 20 de febrero de 2010

樸, pǔ: la madera sin tallar


Al hilo de la entrada anterior, aporto aquí otra referencia del Dedaojing a la “madera sin tallar” que representa el estado virgen de la naturaleza en bruto, comentada por Shan-jiàn. Se trata del Dao Jing 28, que habla de la disposición natural del sabio, la persona que encarna en su vida los principios del Dao:


爲天下谷, ()德乃足, 復歸於樸。

wèi tiān xià , cháng (héng) nǎi , guī

[devenir-cielo-debajo-valle], [constante-virtud-entonces-ser suficiente], [de nuevo-regresar-a-llano y sencillo]


Al convertirse en el valle del mundo, la virtud constante por tanto es suficiente

(y él) vuelve de nuevo a lo puro y simple.


El sabio se convierte entonces claramente en el ejemplo (...) para todos los demás seres humanos, pues está en equilibrio y armonía con el Dao. Está en contacto constante con el estado primordial, y tiene una conciencia sostenida de la no-dualidad (lo que en algunos modelos del budismo se llama la “presencia”); por eso, puede regresar una y otra vez en su mente al estado de comprensión en el que sabe que no hay límites, ni físicos ni mentales, y todo puede surgir desde la naturalidad.

Ahora bien, ser correcto en la ejecución requiere de un paso más, que es el mantenimiento de la ecuanimidad. Eso es un regreso a lo puro y simple en donde la virtud constante, 常德, cháng , es condición suficiente, , , para su mantenimiento. La cuestión es si este regreso a lo puro y simple refleja el despertar a esa experiencia o si sólo es darse cuenta de la influencia indirecta del principio femenino sobre la cognición por medio de la expresión activa masculina. Les podemos asegurar a los lectores que no es el despertar. Uno se podría preguntar entonces: si no es el despertar, ¿será el estado que se llama “el bloque de madera sin tallar”?

En el Dao, esta madera virgen es la del almez (Celtis sinensis), un árbol parecido al cerezo cuya madera es muy apreciada para labores de carpintería. Por eso en el Dao se le toma al almez por la madera virgen; representa la naturaleza original del ser humano del Dao. No es nada que esté escondido en la conciencia superior, sino más bien la integración de lo masculino y lo femenino de la que habla Laozi cuando está más allá de la influencia contaminante de la identidad cognitiva.

Cuando la cognición manchada toca ese bloque sin tallar, la realidad mundana es que esa madera virgen se corta y se transforma en cosas concretas; en otras palabras, la dualidad hace acto de presencia y los nombres y formas asumen el dominio sobre todo lo que es natural… La operación de la cognición, dualidad e identidad produce diferentes personalidades manchadas y comportamientos diversos. Como consecuencia, la cognición discrimina la diversidad que se genera y conduce a las personas carentes del equilibrio y armonía del Dao por caminos distintos a la naturaleza de la madera virgen. Pero aquí Laozi no está hablando de cosas materiales, de modo que el regreso a lo puro y simple es de hecho el regreso al estado de ser un bloque sin tallar.


Cualquier versión que se presente del Dedaojing tiene que incurrir en algún grado de ‘corte de madera’, que ya una edición que incluyera todos y cada uno de los sentidos posibles, sin tomar partido por ninguno, sería un galimatías monumental y virtualmente indescifrable. Hay que decantarse. La cuestión es cuánto se ‘corta’ y cómo.


Personalmente, creo que aquí, como en tantas otras cosas, menos es más; cuanto más se involucre la mente cognitiva y calculadora, más oportunidades habrá para la intromisión de la identidad y la dualidad. Pero, además, lo que cuenta es que los cortes, aparte de frugales, sean orgánicos –es decir, que no hagan violencia a la naturaleza de la madera virgen y permitan que conserve su potencial intrínseco de seguir brotando indefinidamente. Esa sería la versión más coherente con la lógica interna del Dedaojing, y el ideal al que deberían aspirar todas las traducciones, aunque su fruto pueda parecer común y corriente.


A fin de cuentas, en eso consiste volver a lo llano y sencillo, , , ¿no? Entonces, ¿no se debería aplicar este principio daoísta también al propio vehículo en el que se expone? No se trata de demostrar un virtuosismo deslumbrante en el ‘corte’ (la interpretación), sino de dejar que la obra sugiera por sí misma por dónde se deja cortar, para que así permanezca lo más cerca posible del bloque virgen primordial.


Por si quedara alguna duda, el propio Laozi deja bien claro al final del capítulo cómo se despliega la sabiduría en armonía con el Dao:


樸散則爲器,聖人用之,則爲官長,故()大智不割。

sǎn wèi , shèng rén yòng zhī, wèi guān zhǎng, gù () zhì

[llano y sencillo-soltarse-seguir-actuar como-herramienta], [santo-hombre-usar-ello], [entonces-devenir-órgano del cuerpo-jefe], [en consecuencia-gran-sabiduría-no-cortar]


“Seguir lo puro y simple suelto se convierte en la herramienta y el sabio la usa,

(con lo que) se convierte en el órgano principal del cuerpo.

En consecuencia, la gran sabiduría no se corta”.

martes, 16 de febrero de 2010

Una reflexión sobre las traducciones del Daodejing


En Mahabodhi Sunyata tenemos lista para su publicación –a falta de encontrar algún editor que se anime con el proyecto– una nueva versión del Tao Te Ching (Daodejing en la actual transcripción pinyin del chino, o Dedaojing si invertimos el orden de los dos libros, como parecen recomendar sus respectivos contenidos).

La principal característica de esta obra es su honradez y falta de artificio. Eso no quiere decir que todas las demás sean falaces y mentirosas pero, que yo sepa, ninguna otra le muestra al lector con tal claridad los pasos por los que se ha llegado a traducir de determinada manera cada línea del texto chino. En ese sentido, me recuerda una comparación chocante que leí un vez sobre los antiguos patriarcas: “Un maestro Chan es como una almeja: en cuanto abre la boca, se le ven hasta las tripas”.

En efecto, la inmensa mayoría de las versiones existentes en los mercados de habla española e inglesa le ofrece al lector una versión cerrada: por ejemplo, el capítulo 3 del Dao Jing dice X, Y y Z. Salvo excepciones, no suele haber en ellas ni rastro del texto chino, de las variantes de las diversas fuentes a partir de las cuales se ha recompuesto el texto estándar, ni de la inmensa variedad de significados que puede representar cada carácter chino –por no hablar ya de la relación entre los significados concretos que se han elegido y la vía práctica de meditación que es el Dao. En esas condiciones, cualquier versión que se proponga viene a ser el equivalente de sacarse conejos de la chistera: a lo mejor el público queda asombrado por lo vistoso del truco, pero sigue ignorando por completo cómo se ha conseguido llevar a cabo. Y tampoco es de extrañar que, vista la proliferación de “conejochisteristas” que compiten unos contra otros por recursos limitados (el dinero de sus potenciales clientes), se haya desatado una auténtica carrera de armamentos para producir conejos cada vez más hermosos y atractivos.

La verdad del asunto es que el texto del Dedaojing es extremadamente parco, y a veces incluso hermético. La versión de Shan-jiàn reconoce esa cualidad, y a la vez refleja lo abrupto que resulta para una mente no china asomarse a la experiencia del mundo encarnada en ese idioma. De ahí que su estilo sea deliberadamente tosco, sin adornos ni elaboraciones, sin limar las aristas que provoca el choque de mentalidades tan distintas. Comparado con algunas versiones melifluas, trufadas de un vago misticismo orientalizante, ésta es una alternativa que permite entender cómo se van ensamblando los significados particulares en un diseño general presidido por la coherencia interna. No es exactamente un buffet libre, donde al lector se le lanzan los ingredientes para que los combine por sí mismo como Dios le dé a entender, pero aquí no se camufla nada: todo está expuesto y explicado.

Pero hay más. ¿Qué dice el propio Dedaojing a este respecto? Encontramos una buena pista en el capítulo 15 del Dao Jing, tal como lo comenta Shan-jiàn (si no aparecen los caracteres chinos en vuestra pantalla, probad a descargar las fuentes correspondientes en Windows):

敦(沌)兮(呵)其若樸;
dūn (dùn) xī (hē) qí ruò pǔ
[genuino-¡ah!-como si-cosas-en bruto]

Genuino como (si fuera) cosas en bruto: La mayoría de las veces el carácter 樸, , cuyo sentido es el de ‘cosas en bruto’, se ha traducido como ‘madera sin tallar’, obedeciendo al deseo de impartirle un brillo trascendental al sabio antiguo. Esta madera sin tallar es un símil del estado originario antes de que la mente cognitiva haya tallado sus formas artificiales, aunque útiles.

Si bien es cierto que, de haber llegado al despertar, ese estado primordial alentaría en el sabio, no es a eso a lo que se refieren estas líneas. Al sabio se le consideraba genuino porque no recurría a máscaras sociales. No intentaba engañar e incluso en su trato con la gente corriente –donde podría usar medios diferentes para comunicarse con ellos a su nivel de comprensión– la gente podía ver que era genuino, que no había nada escondido ni nada que se impusiera sobre sus verdades. Sin embargo, todo eso estaba oculto y él tendría el aspecto de las cosas en bruto, algo valorado sólo por los que entienden pero considerado más bien poco avanzado por los que carecen de esa comprensión”.

Parece, pues, que este Dedaojing tosco y recio como una piedra del campo es, a fin de cuentas, lo más genuino y fiel al espíritu de Laozi...

Incluso podríamos decir, si se me permite un juego de palabras atroz, que se trata de un verdadero “Dao-mante” en bruto!

Nueva página de Mahabodhi Sunyata

Se acaba de abrir la nueva página web de Mahabodhi Sunyata en la dirección:

http://www.mahabodhisunyata.com.

También se puede llegar desde el enlace actualizado en este blog, disponible en la sección Enlaces de interés de la columna de la derecha.

Animo a todos los lectores del blog a que la visiten, pues ahí está la fuente de muchas de las reflexiones que han ocupado estas páginas. Aunque sigue en construcción, ya ofrece una muestra bastante fiel y exhaustiva de la amplitud del Buddha Dharma, su variedad de enfoques y la profundidad con que aborda el proceso de transformación interna que es su razón de ser.

Es cierto que el mapa no es el territorio, y por tanto la lectura de estos textos no efectuará por sí sola la transformación de la que hablan, pero esperamos que sirvan para despejar dudas, abrir nuevas perspectivas y, con suerte, animar a visitar uno mismo esos territorios, si es que sólo los conoce de oídas.

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