domingo, 26 de septiembre de 2010

Racionalismo crítico y teorías conspirativas

Una vez más, saco al cuerpo principal del blog el comentario de un lector a la entrada anterior (Goliat 0, David 1) junto con mi respuesta. Como siempre, la idea no es quedar por encima ni tener la última palabra, sino aclarar posibles malentendidos, también con vistas a terceros.

Si me permites, voy a ser un poco crítico con tu entrada...

¡Claro, hombre! Si apuesto por la investigación libre y crítica, ¿cómo no voy a aceptar una crítica de lo que escribo? Pero vamos a analizarla detenidamente, porque hay cosas que comparto y otras que no.

Efectivamente, hay personas que van ciegas creyendo que lo correcto es solamente aquello que va contra la versión oficial, pero también hay personas que consciente o inconscientemente arremeten contra ellos. Otros, son extremistas del punto medio. Me refiero con estos a los que no se atreven a criticar a unos u otros, por mera inseguridad, a menudo disfrazado de intelectualidad y/o falsa inteligencia. Pero si te fijas bien, todos ellos son distintas versiones de una misma cosa.

Claro que existen conspiraciones. Y todas son la misma: la conspiración de la identidad contra la verdadera naturaleza del ser humano, y todas se manifiestan de millones de formas distintas. Se manifiestan en los del grupo Bilderberg (que existe en verdad), creyendo que son los grandes amos del mundo, y en los que protestan delante buscando ser los aclamados o los grandes héroes liberadores. Se manifiestan en la codicia desmedida de las empresas farmacéuticas, pero también en los pobres diablos que buscan remedios basados en prejuicios.

Sé que el club Bilderberg existe; no se esconde en absoluto y de hecho este verano celebró una reunión en Sitges. Y es indudable que, en términos sociales, sí son “los amos del mundo”: políticos y financieros, que concentran en sus manos una enorme capacidad para influir sobre las vidas de otras personas (en épocas pasadas también habrían figurado religiosos y militares entre ellos, pero hoy el poder discurre por otros cauces).

Lo que no veo es que eso sea tan distinto de las reuniones que celebra cualquier consejo de administración de empresa o cualquier ejecutiva de partido político: debatir cómo beneficiarse de las circunstancias presentes y anticiparse a las futuras, en un terreno de juego donde impera una competencia feroz más o menos regulada por un régimen jurídico que cada uno respeta en grados diferentes, a menudo buscando espacios entre lo descaradamente ilegal y lo meramente ilegítimo. Esas son las reglas del juego mercantil y político que rigen en nuestra sociedad.

Por eso, más que un siniestro conciliábulo, el club Bilderberg me sugiere una feria comercial donde uno se da a conocer, vende sus productos y busca alianzas y mercados: es simplemente un caso más patente de los mismos manejos del poder que la gente asume y acepta en su vida diaria siempre que les reporten beneficios a ellos también. Pero aceptar una cosa cuando conviene y denunciarla cuando nos resulta desfavorable no parece una postura muy digna ni coherente, ¿verdad?

No es que me parezca fantástico el club; es que la sociedad que lo sustenta me parece igualmente reprobable, y creo que ahí es donde hay que dirigir el ataque. Es fácil cargar contra las manifestaciones más escandalosas del sistema capitalista pero luego seguir en nuestra vida cotidiana con las mismas conductas que le dan fuerza –por ejemplo, cambiando de móvil cada año para siempre tener uno de última generación (cosa que, si usas transporte público, verás que a menudo hacen no sólo los “triunfadores” sino también personas de recursos económicos aparentemente modestos).

Vivimos en un mundo de codicia, pero mucha gente busca primero cómo encajar en ese modelo y aprovecharse de sus oportunidades; sólo después, una vez han fracasado en el intento, se ponen a denunciarlo. ¿Realmente es válida esa postura? Ahora, por ejemplo, hay multitud de jóvenes que no encuentran empleo; algunos ya reniegan abiertamente del mundo que les han dejado sus padres. Pero ¿qué habría pasado si, por ejemplo, en vez de rechazarles en innumerables entrevistas de trabajo les hubieran contratado enseguida en una gran multinacional? ¿Seguirían siendo antisistema o se habrían amoldado a las injusticias del capitalismo, con todos sus beneficios colaterales para los que han encontrado un hueco dentro de él? Son preguntas incómodas, pero necesarias si queremos sacar a la luz las motivaciones últimas de cada cual y la posible influencia de las identidades subliminales.

Por eso considero tan valioso el modelo de Siddhartha Gautama: él sí que estaba en la cima de la pirámide social, con acceso inmediato a todas las satisfacciones que este mundo puede ofrecer, y aun así renunció a ellas a cambio de una vida de mendigo en busca de la verdad. Esa renuncia, viniendo de alguien que conoce de primera mano la seducción del éxito, vale más para mí que la de quien jamás se ha aproximado a la vana gloria del mundo y por eso la rechaza fácilmente. Es algo que cada uno podemos repetir si queremos, aunque a otra escala, renunciando a la raíz de la injusticia social, que son las actitudes, intenciones y comportamiento gobernados por la codicia, la confusión y la aversión –no importa si uno está en Sitges rodeado de magnates y potentados o en la tienda de Movistar de la esquina.

Al final es todo una lucha entre identidades, y entrar en ellas y favorecer a unas y otras (aunque sea entre palabras) no hace más que reforzar aún más la de uno mismo...

Desde luego, nada solivianta tanto a la identidad como sentirse atacada… sobre todo si es por otra identidad. Pero si lees con un poco más de atención, creo que verás que el sentido de la entrada del blog no era más que avisar de que hay un elemento de análisis crítico y racional que debemos tener en cuenta a la hora de evaluar las cosas y que suele faltar en las teorías conspirativas; nada más.

Por eso es mejor no entrar en política y tener cuidado cuando eliges ejemplos particulares porque casi con toda seguridad estarán infectados y tú alienado hacia uno de ellos (aunque sea sin darte cuenta).

Realmente no veo relación entre esto y la entrada; ¿estás seguro de que la has entendido bien? En el fondo, lo que quería decir se ajusta bastante a estas advertencias de un destacado pensador del siglo XX, autor de importantes reflexiones sobre filosofía de la ciencia: “Si no somos críticos, siempre encontraremos lo que queremos: buscaremos y encontraremos confirmaciones, y apartaremos la mirada y dejaremos de ver cualquier cosa que suponga un peligro para nuestras teorías favoritas. De esta manera es sumamente fácil obtener lo que parecen ser pruebas abrumadoras a favor de una teoría que, si la hubiéramos enfocado de manera crítica, habría sido refutada”.

Sin duda, Karl Popper lo expresa mejor y más sucintamente que yo; probablemente habría sido mejor citarlo sin más… ¡pero también menos divertido!

Intentaré ser más claro la próxima vez.

Saludos a ti también.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Se me olvidó comentar este parrafo tuyo importante:


Desde luego, nada solivianta tanto a la identidad como sentirse atacada… sobre todo si es por otra identidad. Pero si lees con un poco más de atención, creo que verás que el sentido de la entrada del blog no era más que avisar de que hay un elemento de análisis crítico y racional que debemos tener en cuenta a la hora de evaluar las cosas y que suele faltar en las teorías conspirativas; nada más.

Si este es el corazón de tu entrada, creo que acierto en las dos cosas: una en creer que tachas de conspiranoicos sin suficiente investigación, y que tampoco te has molestado realmente en investigar.
No quería extenderme, pero ya que estamos:

Para decir que la mayoría de las teorías de la conspiración son falsas, debes lo primero decir cuales son las mismas, hacer un listado.
Luego debes ir una por una y hacer un análisis exahustivo, como hizo el médico de tu entrada original, durante un mínimo de varios años.
Después tienes que analizar cuanto de correcto y cuanto de falso tienen, con una mente verdaderamente abierta sin prejuicios hacia uno u otro.
Y no solamente eso, pues detrás de cada teoría hay diversas ramas, unas más radicalizadas, otras más razonables.
Si cogemos por ejemplo la teoría conspiranoica del 11S. ¿Crees que no está apoyada por razonamientos críticos? Te invito a que investigues seriamente al respecto y leas y veas como los mismos arquitectos de los edificios afirman que todo apunta a que es un fraude.
¿Un hecho aislado? ¿Un corrupto sin más decide destruir 3 edificios? ¿Para qué? ¿Por gusto? No ciertamente. Es porque gana algo con eso, ¿Y qué es?
El método científico empieza por una pregunta o varias... si no eres suficientemente libre como para hacerte las preguntas... es que en realidad no te interesa la verdad, sino tirar tal o cual teoría.
Ahora, ¿quién usa el método científico de forma sectaria? Te invito a que te hagas preguntas similares, con una mente abierta, sobre la gripe aviar, sobre el (falso) calentamiento global, sobre el 11M, sobre el sida, sobre cualquier religión.
Si después de todo eso todavía sigues siendo tan ingenuo de creer que todo es producto del azar... bueno, poco más puedo decir, ya que eso si que me sonaría a disonancia cognitiva, la que explicaste hace unas semanas.
Por supuesto, no afirmo que tengan éxito siempre ni que les sea fácil, ni que no cambien, etc, etc, etc. No hay que verlo tampoco como blanco y negro, en todo y en esto especialmente hay éxitos, fracasos, y medio éxitos. Nada de animismos ni de lógicas extremas...

Es verdad que cualquier identidad (especialmente la de codicia) no podría resistirse a formar parte de ese grupo. Incluso la vecina de enfrente lo haría si tuviera oportunidad. Hablas de los que critican y luego se colocan en una multinacional. No suele ser el caso de los no codiciosos. Esto, lejos de demostrar que no hay una serie de individuos que estén intentando controlar el mundo, precisamente es una prueba mas de que mientras exista la identidad la existencia de estos fantasmas superpoderosos es inevitable.

Unknown dijo...

Se me olvidó comentar este parrafo tuyo importante:


Desde luego, nada solivianta tanto a la identidad como sentirse atacada… sobre todo si es por otra identidad. Pero si lees con un poco más de atención, creo que verás que el sentido de la entrada del blog no era más que avisar de que hay un elemento de análisis crítico y racional que debemos tener en cuenta a la hora de evaluar las cosas y que suele faltar en las teorías conspirativas; nada más.

Si este es el corazón de tu entrada, creo que acierto en las dos cosas: una en creer que juzgas sin suficiente investigación, y que tampoco te has molestado realmente en investigar.
No quería extenderme, pero ya que estamos:

Para decir que la mayoría de las teorías de la conspiración son falsas, debes lo primero decir cuales son las mismas, hacer un listado.
Luego debes ir una por una y hacer un análisis exahustivo, como hizo el médico de tu entrada original, durante un mínimo de varios años.
Después tienes que analizar cuanto de correcto y cuanto de falso tienen, con una mente verdaderamente abierta sin prejuicios hacia uno u otro.
Y no solamente eso, pues detrás de cada teoría hay diversas ramas, unas más radicalizadas, otras más razonables.

Quizá no necesites varios años para cambiar tu opinión y lo hagas antes de lo que crees. ;)

Unknown dijo...

Se me olvidó comentar este parrafo tuyo importante:


Desde luego, nada solivianta tanto a la identidad como sentirse atacada… sobre todo si es por otra identidad. Pero si lees con un poco más de atención, creo que verás que el sentido de la entrada del blog no era más que avisar de que hay un elemento de análisis crítico y racional que debemos tener en cuenta a la hora de evaluar las cosas y que suele faltar en las teorías conspirativas; nada más.

Si este es el corazón de tu entrada, creo que acierto en las dos cosas: una en creer que juzgas sin suficiente investigación, y que tampoco te has molestado realmente en investigar.
No quería extenderme, pero ya que estamos:

Para decir que la mayoría de las teorías de la conspiración son falsas, debes lo primero decir cuales son las mismas, hacer un listado.
Luego debes ir una por una y hacer un análisis exahustivo, como hizo el médico de tu entrada original, durante un mínimo de varios años.
Después tienes que analizar cuanto de correcto y cuanto de falso tienen, con una mente verdaderamente abierta sin prejuicios hacia uno u otro.
Y no solamente eso, pues detrás de cada teoría hay diversas ramas, unas más radicalizadas, otras más razonables.

Quizá no necesites varios años para cambiar tu opinión y lo hagas antes de lo que crees. ;)

Unknown dijo...

Perdón, el segundo mensaje es una abreviación del primero porque no permitía más de 4096 caracteres, y esa a su vez era la versión corta de otra que mandé que no se si llegó.
En cualqueir caso ya da igual, como dices las palabras son de usar y tirar y en este caso son más de tirar porque poco uso tienen.

Saludos.

mikaela dijo...

Aplausos. A diestro y siniestro :)