viernes, 18 de abril de 2008

Cuidado con los deseos...

Aunque uno nunca puede estar seguro con las traducciones, se me antoja un poco cuesta arriba aprender el persa literario del siglo XIII, mezclado con el turco y griego de la época en Anatolia, para leer a Rumi ("el romano") en su idioma original -una de las desventajas que tiene no ser inmortal y disponer de tiempo limitado.

Caveat lector: así traduzco yo lo que traduce un poeta americano de lo que se supone que compuso Rumi:

¿Quién hace estos cambios?
Disparo una flecha hacia la derecha;
cae a la izquierda.
Cabalgo tras un ciervo y me veo
perseguido por un cerdo.
Maquino para obtener lo que deseo
y acabo en la cárcel.
Cavo hoyos para atrapar a los demás
y me caigo dentro.

Debería sospechar
de lo que quiero.

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