martes, 26 de marzo de 2013

Más allá de las palabras



El maestro Shanjian Dashi siempre nos recordaba que hay que mirar más allá de las palabras. “En el Dharma no puedes entender nada si no miras más allá de las palabras”, nos decía, o “las palabras son la primera de las diez puertas del Dharma”, etc.

El otro día, mi sobrina me trajo un regalo del colegio que había hecho especialmente para mí: una bola de barro seco envuelta en un kleenex arrugado.

Hace unos años, es posible que no me hubiera hecho ninguna ilusión recibir algo tan vulgar y aparentemente inútil.

Afortunadamente, la ocasión me pilló preparado para ver lo que me estaba regalando, más allá del barro y del kleenex. Y por si tuviera alguna duda, la sonrisa que me dedicó mientras me entregaba su regalo despejó cualquier posibilidad de malinterpretarlo.

Ella, una niña de seis años sin noción alguna del budismo, me volvió a enseñar una de las lecciones más importantes que me había inculcado un maestro realizado.

En cualquier hogar de los considerados “decentes”, ese regalo habría acabado con toda probabilidad en la papelera. Pero ahora, en vez de ir a la basura, esta humilde bola de barro forma parte de mi altar, como recordatorio elocuente de todo lo que se puede transmitir cuando uno no se queda en las formas ni en las etiquetas.

Una niña de seis años lo sabe…  

¿Y nosotros… con todo nuestro bagaje de adultos… lo sabemos también?

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