jueves, 10 de junio de 2010

¿Una transmisión especial al margen de las escrituras?

Guifeng Zongmi (780-841) fue uno de los grandes maestros del budismo chino durante la dinastía Tang. La reciente edición de Jeffrey Lyle Broughton (Zongmi on Chan, Columbia University Press, 2009) ha puesto a disposición de quien sepa inglés textos originales de este maestro Chan y patriarca Huayan que antes sólo eran accesibles en chino o japonés.

Leer los escritos de Zongmi es un ejercicio refrescante por la sana corrección que suponen para ciertos excesos románticos perpetuados en torno al Zen. Sin embargo, a pesar de su gran influencia en China y Corea, los budistas japoneses que importaron el Chan a su país unos siglos después marginaron a Zongmi en favor de una interpretación menos equilibrada de la práctica y las enseñanzas. Esta visión, impregnada en la escuela Soto y, sobre todo, en la Rinzai, fue la que llegó a Occidente el siglo pasado, primero a los Estados Unidos y luego a Europa. Por eso, las advertencias de Zongmi sobre la conjunción de la práctica con el estudio de los sutras son sumamente relevantes en una época como la nuestra, en la que, a pesar del desmentido contundente de los estudios académicos, ciertos mitos sobre el Zen se resisten a desaparecer como gato panza arriba –consecuencia del lamentable divorcio entre la comunidad practicante del Chan/Zen y el mundo académico dedicado a estudiar su historia.

En el siguiente texto, Zongmi ofrece una perspectiva condensada de cómo fue la evolución del budismo desde Shakyamuni hasta sus días, explicando el divorcio entre dos caminos que nunca dejaron de ser complementarios (los añadidos entre corchetes son del traductor):

Decir que hay [dos tipos de] maestros, la raíz y las ramas, significa que el primer patriarca de todos los linajes [Chan] es Shakyamuni. Los sutras son palabra de buda, mientras que el Chan es la intención de los budas. La boca y la mente de los budas no pueden contradecirse de ninguna manera. Las líneas de descendencia de todos los patriarcas [Chan] se remontan directamente hasta los discípulos de Buda. [Estos] bodhisattvas compusieron tratados, y, en todos los casos, sólo estaban propagando los sutras de Buda. Sin duda, en la transmisión [Chan] desde Mahakashyapa hasta Upagupta todos estaban versados por igual en las tres cestas [las reglas de disciplina, los sutras y el Abhidhamma]. Sin embargo, después de Dhrtaka surgieron disputas entre los monjes, y de entonces en adelante las reglas de disciplina y las enseñanzas [es decir, los sutras y el Abhidhamma] se practicaron por separado. Además, debido al problema con el rey de Cachemira, los sutras y los tratados [es decir, el Abhidhamma] se empezaron a propagar por separado.

Entre tanto [entre Dhrtaka y Simha] Asvaghosa y Nagarjuna fueron ambos maestros patriarcas. Compusieron tratados y comentarios sobre los sutras en decenas de miles de versos. La visión y la transformación de los seres [esto es, la práctica de la meditación y la enseñanza] no tenían reglas definidas [o separadas]. Los intérpretes aún no menospreciaban al Chan, ni tampoco los adeptos Chan menospreciaban la interpretación.

Bodhidharma recibió el dharma en la India y lo trajo en persona a China. Vio que la mayoría de los eruditos de esta tierra aún no habían obtenido el dharma, que su comprensión se basaba meramente en la nomeclatura [escolástica] y las [listas] numéricas y que su práctica [de meditación] sólo se ocupaba de las características fenoménicas. Debido a que su deseo era informarles de que la luna no están en el dedo [apuntar a la luna] y que el dharma es nuestra mente, simplemente [creó la consigna] “una transmisión de mente a mente, sin relación con la palabra escrita”. Para revelar su axioma [de mente] y erradicar el aferramiento tenía este dicho. No es que predicara una liberación [consistente] en desembarazarse de la palabra escrita. Eso explica por qué los que ofrecieron enseñanzas para captar la idea [de Bodhidharma] alabaron sin cesar el Sutra del diamante y el Sutra Lankavatara, declarando que estos dos sutras son la esencia de nuestra mente.

En la actualidad, los discípulos en todas partes tienen nociones equivocadas sobre el origen [del dicho de Bodhidharma]. Los que cultivan la mente consideran los sutras y tratados como un axioma separado, mientras que los que explican [textos] ven la puerta del Chan como un dharma separado. [Estos días], cuando la gente le oye a alguien que habla de causa y efecto o de práctica y realización, inmediatamente llegan a la conclusión de que [el que habla] es un estudioso de los sutras o los tratados, sin darse cuenta de que son precisamente la práctica y realización las que son los acontecimientos básicos de la puerta Chan. Si le oyen a alguien decir que “la mente es buda”, enseguida concluyen que [quien habla] es un adepto Chan subjetivo, sin darse cuenta de que son precisamente la mente y el buda los que son las ideas básicas de los sutras y los tratados.